Zoon politikón | El derecho a la paternidad, sí o sí


Hay un meme que circula en internet que por lo general es una conversación entre un hijo y su padre, donde el padre le pide ayuda para completar un trámite escolar. “Mándame tu nombre completo” dice. Hay otro donde está la bella durmiente del clásico de Disney, con el Príncipe Felipe hablándole. Arriba se lee: “No te preocupes cariño, que hoy llevo yo a los niños al cole”. Después, el Príncipe se regresa y empieza a preguntar: “¿Dónde está la mochila? ¿A qué colegio van? ¿Cómo se llama la maestra? ¿Cómo se llaman los niños?” ja, ja, ja.

Todo es risas y diversión hasta que recordamos que esta es la situación cotidiana de las familias en México, y eso si existiera al menos una figura paterna tratando de hacerse cargo de sus hijos, porque el 30% de las familias están conformadas por madres independientes. Durante la pandemia también se hizo visible que la mayoría de los adultos a cargo de la educación y seguimiento de los menores en las escuelas de educación básica y media, eran las madres. Y son las madres también las que atraviesan el proceso físico y psicológico del embarazo, del parto y quienes cuidan al recién nacido en los primeros meses de vida sin la participación del padre.

¿Por qué el padre, desde el espacio laboral, no puede estar presente en esos primeros meses de vida? “Los padres trabajadores tienen derecho a 5 días de licencia con goce de sueldo”. A nivel internacional existe una diferencia entre el periodo que ofrecen los empleadores o el gobierno a sus trabajadores por permisos o licencias de paternidad pagada. Destaca el caso de Islandia donde existe una licencia compartida de 12 meses (cada miembro de la pareja debe tomar seis meses). En Noruega, los hombres pueden elegir entre 15 semanas con sueldo completo o 19 semanas con el 80% de su sueldo.

El panorama legislativo actual en México en materia de licencia de paternidad no permite no solo pasar los días más importantes de un recién nacido, sino que no permite equilibrar la carga de una crianza consciente y compartida entre la madre y el padre del menor. No es posible generar mundos más equitativos -con padres que no pidan los nombres completos de sus hijos- si la propia ley no lo permite.

La necedad de no hacer una ley equitativa nos está obligando a utilizar el recurso de amparo. Ya hay precedente, un funcionario del INE solicitó una licencia de paternidad por el mismo periodo al previsto para las licencias de maternidad, que es de noventa días naturales. Dicha solicitud fue rechazada por el Instituto, al considerar que el artículo 54 del Estatuto referido sólo prevé un periodo de 15 días para los permisos de paternidad. En contra de esa determinación, el ciudadano promovió un juicio laboral, ¡y ganó! La sentencia considera que los permisos de paternidad en las mismas condiciones que la licencia de maternidad, promueve la igualdad de oportunidades laborales para las mujeres, al ingreso y en su promoción para obtener un ascenso.

Por tales razones, la Sala Superior determinó inaplicar, en este caso, el artículo 54 del Estatuto y, en consecuencia, ordenó al INE concederle al papá un permiso de paternidad por 90 días. Qué vergüenza haber tenido que ceder por causa de un amparo. Es previsible entonces que comience una ola de amparos que empujará hasta que se haga realidad una ley que permita la crianza compartida y responsable.

Dar permiso a los padres de estar con sus hijos y a los menores el derecho de estar con sus papás, no es un debate económico sino cultural. Es empezar a cuestionar la masculinidad y el papel de los hombres en el acompañamiento del embarazo de su pareja y la paternidad responsable, presente, empática y compartida.

*Diputado loca PRI





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